Hong-Kong, 1999. "Tempting Heart"
"El problema del amar"



¿Tan difícil es tomar el riesgo de amar? ¿Dónde está la certeza de que da el amor? Parece ser que esa energía indomable y caprichosa golpea el corazón con la misma fuerza cuando se acierta o se fracasa. Hasta cierto punto el amor nos abruma, nos nubla y retuerce, nos cuestiona constantemente obligándonos a asumir un peso que para muchos es insufrible. Tras esa frontera sólo queda la inseguridad y angustia que duerme en un mar de sentimientos. Poco a poco sobre este mar nos quedamos quietos y en silencio, sin embargo nos movemos, nos movemos con él aunque sea una tormenta, estando finalmente estáticos, pasivos y en el último de los casos, muerto.

Parece ser que el amor no vence por sí mismo. ¿¡Es curioso!? Una de las energías más grandes del mundo tiene su talón de Aquiles y de alguna manera ese talón es buscar la seguridad. Nadie ha dicho que el amor es seguro, al contrario es incierto, frágil, hasta efímero. Es uno mismo quien debe otorgar seguridad a ese amor, de lo contrario desaparece.

“Tempting Heart” un poco trata de eso. Trata de lo frágil y efímero que es el amor, trata de cómo una fuerza casi atávica se doblega ante algo tan simple como la seguridad. En sí mismo, el amor es riesgo. Difícilmente un grano de trigo podrá germinar dentro de su saco sólo por temor a ser comido por las aves. Así mismo, el film muestra la faceta más dolorosa y sentida del amor.

La película, como dice su titulo es una tentación.

Bajo una narración profundamente femenina de la mano de su directora y actriz Sylvia Chang La trama gira en torno a un triángulo amoroso, diseñado por Cheryl(Sylvia Chang), quien pretende realizar una película. En este guión participa Ho-jun(Takeshi Kaneshiro) y Sheo-rou(Gigi Leung) ambos entablan una relación a espaldas de sus padres siendo finalmente descubiertos y presionados a separarse. Sumado a ello se encuentra Chen-Li, quien es la mejor amiga de Sheo-rou, la que desde siempre mostró interés en el joven al mismo tiempo que su amiga. Finalmente una cadena de sucesos interpelan para separar ambas amigas, y disolver las parejas formadas a lo largo de la película. Este guión testimonial elaborado por Cheryl, de alguna manera se extrapola hacia la realidad presente donde debe tomar decisiones y evaluar las opciones que poseen.

Gracias a la libertad que tengo en los comentarios, y quizá reinterpretando un concepto cinematográfico, creo que son muy pocas las películas que utilizan el “metacine”-esta vez entendido como películas que a su vez narran la realización de películas o parte de los componentes de un film-, como un aporte inteligente y lleno de originalidad.

La película establece una temporalidad interesante, trasformando el guión ficticio y casi irreal en el propio guión de la película. Sylvia Chang maneja de muy buena forma los tiempos y ritmo en el montaje sin caer en una historia confusa o carente de profundidad. Cabe destacar el relato sensible y emotivo característico en su cine; tal como ocurre en “20, 30, 40” -o conocida también como “Tres edades para el amor”-, presenta temáticas recurrentes en la directora. Tópicos como el libre vivir de la sexualidad, los miedos y contraste del mundo afectivo con el mundo social, así como también la brecha generacional son los pilares del sustrato en sus historias.

Con actuaciones notables, montaje y dirección diga de los premios que ha recibido, y por sobre manera un argumento y guión brillante, “Tempting Heart”, destaca por lejos entre obras de similares características. Mientras vi la película me preguntaba ¿Qué se entiende por amor? ¿Qué tan humanamente impreciso -siendo teóricamente perfecto- puede ser el amor? lo cierto es que refleja de fiel manera lo descarnada y estéril existencia del hombre de hoy, sumido en miedos, que no le permiten, ni se permite, finalmente ser feliz.

“Tempting Heart” se presenta como un ejemplo de cómo el temor y los miedos pueden llevarnos a estancarnos, limitar afectivamente el corazón hasta el punto de inmovilizarnos. No optar ni arriesgarse, no sentir ni empatizar; en el fondo continuar con un letargo, sumido en la indecisión viendo morir el amor ante nuestros ojos sin poder, ni tener voluntad para evitarlo.

¿Será el miedo a lo indeleble, a lo irreversible que por naturaleza radica en el amor? Lo cierto es que cada quien podrá evaluarlo y evaluarse al ver el film.

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