Corea del Sur, 2002, "Oasis"
"Oasis"



Creo que este es el momento... Señalo como “el” momento porque no creo que haya otro en que me sienta con suficientes convicciones y confianza para poder comentar una de las mejores películas en la historia de Corea del Sur. Claro, una de las mejores hecha por uno de los mejores: Lee Chang-dong.


El mismo Kim ki-duk, en algunas entrevistas se ha referido a él como “un intelectual del cine”. Razones tiene, ya que este escritor y director conserva la teoría y sutileza del que reflexiona en cada cuadro de sus films. Pero… si eso es un defecto, bien lo quisiera tener e irme al infierno por él. Pese a eso, la frase de Ki-duk es completamente cierta si se evalúa de quien proviene, uno de los artistas plásticos más talentosos que el rubro de directores de cine ha conocido en Oriente. Ante eso, incluso un diálogo –para Ki-duk- suena demasiado intelectual y sobrante en cualquier escena.

Conversando esta película con una persona, me ha preguntado el por qué del título. “De Oasis, poco tiene” ha dicho. Y la verdad es que tiene razón, si entendemos un Oasis como un lugar físico, donde es posible obtener alimentación, foresta, y abrigo de las inclemencias del territorio. Ahora, el título cobra sentido cuando se habla de un “Oasis” como una tregua, un descanso en el camino, donde ya el caminar parece un lamento, y el único consuelo es un “estado”-nótese los recursos de la India que ocupo en el film que evidencian esta idea-, un sentir y a la vez un sentirse. En este caso, el oasis es una fabricación emocional, una construcción sentimental entre 2 personas que hacen del vivir, no un continuo camino al morir, que es el secreto a voces de nuestra sociedad actual.

La película revela y se centra mucho en el concepto de las limitaciones. La limitación de una vida, la limitación de una extremidad, la limitación de los sentimientos, las limitaciones de compresión, entre muchas otras. La limitante es la tónica y eje trasversal del film. Para ello Lee Chang-dong nos ofrece a dos protagonistas, uno de ellos Han Gong-ju, una chica con parálisis cerebral(Moon So-ri), y un muchacho, Jong-du Hong, mentalmente limitado(Sol Kyung-gu), donde básicamente el argumento es el amor que florece entre ellos y el cómo lo viven ante el mundo.

El nudo de la historia es un ciclo continuo, donde el mundo personal y privado se contrasta y conflictúa con el mundo social/familiar. A raíz de esta vorágine de acciones se desencadenan los nudos dramáticos, fuertes, y a la vez innegables con el correr de los minutos. Es que con gran talento Lee nos enrostra nuestras propias limitaciones, el cómo de pronto una situación en el film pasa a ser una metáfora de pasajes de nuestras vidas, de nuestras carencias, malas opciones y ciclos que repetimos continuamente sin sentido alguno. Para el que tenga buenos ojos, es una buena reseña de lo que es ser un "ser humano" en su totalidad; y aunque se abuse un tanto de Sartre, no por ello deja de ser menos real.

Si se logra establecer ese vinculo necesario que se debe crear con el cine, es posible también participar de esa construcción. Vivir de esperanza y fascinarse con el deleite del amor. Pertenecer también a esa fabricación emocional de los protagonistas y no morir como el común de los mortales, en un ciclo de limitaciones... de seres finitos.

Es por eso que Lee a escogido a personas con discapacidades, familias disfuncionales, ceguera valórica y nihilismo abúlico… y en definitiva, un “Oasis” que sólo es reflejado en dos dimensiones como graficó en la pintura dentro de la película. La construcción del “Oasis”-ese que es hecho desde el corazón- al parecer no necesita de destreza, dinero o status social, sino más bien requiere de simplicidad, esfuerzo y entrega. Dichas características son las que se pueden apreciar en un cuadro, entendiendo el cuadro como la pintura, pero a la vez sus propias vidas, simples, planas, limitadas… pero con sentido.

Oasis” en parte es una gran reseña a la finitud de nuestro ser, del cómo pese a estar destinados y construidos para ser seres limitados podemos recrearnos y ser seres como quisiéramos ser. La metáfora principal de ello es la trasformación de Han Gong-ju, -Moon So-ri, la actriz que encarna la protagonista en la película- pieza clave en este "oasis" que da abrigo y foresta al espíritu.



DATOS TÉCNICOS
Director:
Chang-dong Lee
Guión:
Chang-dong Lee
Actores:
Kyung-gu Sol / Jong-du Hong
So-ri Moon / Gong-ju Han
Nae-sang Ahn / Jong-Il Hong
Seung-wan Ryoo / Jong-Sae Hong
Kwi-Jung Chu / Jong-Sae's Wife
Jin-gu Kim / Mrs. Hong
Byung-ho Son / Sang-Shik Han
Ga-hyun Yun / Sang-Shik's Wife
El mundo social, personificado con el concepto de familia, es uno de los aciertos más fuertes del film. Un ingrediente que aunque secundario es tremendamente poderoso y le otorga todo el peso dramático a la película. Lo genial de Lee -literalmente hablando, ya que muchas secuencias creo que sería imposible mejorarlas- es la facilidad de poder atrapar un concepto, por muy abstracto que sea, y darle forma y sentido en las historias que narra. Es justamente eso lo que hace que tengan la profundidad y fuerza que poseen sus películas destacándose del resto de directores. Basta con ver “Peppermint Candy”, - por sólo dar un ejemplo- y empaparse de la fuerza de sus metáforas, símbolos y conceptos.

Ver este film es una oportunidad que no debemos dejar pasar. La narración, guión, y actuaciones son magistrales, sin saber muy bien en qué orden jerarquizarlos. Quizá a simple vista nos quedemos con las actuaciones- increíbles por sí mismas-, pero si vemos más allá podremos emocionarnos, sentir y palpar nuestras propias limitaciones, que en definitiva, son las que nos hacen ser mejores seres humanos.

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