Hong Kong, (2008), "Ocean flame"
"Porque la quería..."
Bien, sólo por casualidad continúo con las películas prontas a exhibirse en el BAFF de España este año 2009, aunque quizá no descarte seguir con algunas otras a presentarse en este festival. Hoy el turno es de “Ocean flame”.
Sin duda, con Fendou Liu, director hongkonés, más conocido por ser guionista y realizador de exitosas creaciones como “Shower”(1999) y la reciente “Plastic City”(2008) -próxima a exhibirse tambien en el BAFF de este año 2009-, resulta más que tentador poder visualizar este nuevo film titulado “Ocean flame”. Ahora bien, si a esto último le sumamos que es una adaptación de la novela del prolífico escritor Shuo Wang -quien colabora en el guión-, se advierte que se podría estar frente a una gran realización.
Otro antecedente brutal es su participación en la gran “Green Hat” (2004) film excepcional dentro de la cinematografía hongkonesa, pese a no ir del todo con el estilo acostumbrado en este país. Además de ser su ópera prima como director, Fendou Liu demuestra con real talento su capacidad en la dirección, entre otros atributos que reservaré hasta un comentario futuro de dicha película.
Fuera de lo acostumbrado, esta vez partiré al revés, y sin mencionar más, vamos a la sinopsis de “Ocean flame”.
La película se centra en la vida de Wang Yao -muy bien interpretado por Fan Liao-, quien hace de un mafioso criminal de poca monta, pero no por ello menos peligroso, el que se dedica a mantener un negocio de prostitución y chantaje de sus clientes. De una personalidad agresiva e impulsiva, todo marcha regularmente en esta caótica vida que lleva hasta que conoce a Li Chuan -tambien muy bien caracterizada por la actriz Monica Monk-; representando una cándida camarera que lo ayuda a recuperarse de una golpiza propinada durante las horas de trabajo. Paulatinamente el destino de estas dos vidas aparentemente opuestas, comienza a aproximarse y prontamente surge una relación afectiva entre ellos. Sin embargo, Yao ve en Li Chuan una oportunidad de incrementar ingresos e intenta meterla en sus negocios, situación que provocará una enfermiza relación de violencia, insanidad y miseria humana en lo que debería ser una relación de pareja.
El film se nutre de temas como el amor, el odio, pero también la muerte y la autodestrucción. El maltrato físico y psicológico es una fuerte constante en la narración, aunque no por ello se ocultan sentimientos, sino es evidente que la manera en que se manifiestan no es la correcta. En definitiva es una historia de amor, culpa y redención que se centra en el bajo mundo de oriente, entre mafias, malos empleos y mucha frustración contenida.
“Ocean Flame” es una película “oscura”, pero no haciendo referencia a aspectos técnicos como el color, escenarios o iluminación, sino desde la aproximación que los personajes tienen con nosotros a través de la pantalla. Son ellos los que de alguna manera empapan las escenas en una oscuridad, mezcla entre fascinación y autodestrucción, que hace que todo cobre sentido. Sus vidas, mínimas y simples, no sólo reflejan la complejidad de la construcción psicológica de sus personajes, sino que también retratan un país que intenta hablarnos de sus propios conflictos. Vemos seres que pululan entre la decadencia y el temor, situación que los fuerza a un pálido coqueteo con sentimientos verdaderos, como podrían ser el amor, la amistad y la entrega; los que sin embargo se diluyen por la inercia de la cosas, costumbre y mecanismos de protección ante lo que nos es ajeno.
Otro aspecto importante gira en torno al recurso genérico del arte erótico. Esta vez, la idea idílica que se pudiera tener del erotismo, sólo quedará para relatos rosa. La parte violenta e incontrolable superará el erotismo, siendo sólo un medio de catarsis ante emociones escondidas y reprimidas. El pulso erótico esta vez es controlado, de alguna manera todo está planificado para la utilización de este recurso como herramienta para la liberación de propios problemas, siendo un mero vehículo para abordar desde egoístas intenciones, cargas que pesan tanto en sus vidas como entorno en el que se desenvuelven.
Ya Jung cuando hablaba de los complejos decía que “todos sabemos hoy «que tenemos complejos». Pero el que los complejos puedan «tenernos» es una noción que no por estar menos difundida tiene menos importancia”. En cierta forma este problema de asimilación es lo que se vive en el film. Un drama humano que posee un eje central, que en este caso es “la autodestrucción”.
Por un lado tenemos a Wang Yao, quien entra en una negación constante de su emocionalidad, sólo evacuando malamente parte de ella mediante “la ira”. Esta dinámica no hace más que generarle frustración y angustia, si bien sus afectos están contenidos no pueden ser suprimidos, los que se manifiestan en él mediante la autodestrucción. Cómo no puede ir en contra de su naturaleza, debe ir en contra de él mismo para eliminarla. Mientras por otro, Li Chuan, se fabrica un ensueño amoroso para suplir sus carencias. Este otro tipo de asimilación la conduce -favorecido por el ambiente en que se desenvuelve- hacia la autodestrucción. Se podría hablar de relaciones enfermizas, del tipo sadomasoquista, pero este no es el caso, la unión es providencial e instintiva, no hay vínculos reales o al menos ellos no se aprecian en pantalla, sólo es posible ver a dos seres humanos necesitados, carentes y desesperados por cubrir sus exigencias afectivas, desde perspectivas en contención, así como validación de ellas.
Creo que esto último es lo más atractivo del film, ya que da cuenta del cómo nuestras propias necesidades cuando están mal enfocadas pueden llevarnos a un caos, frustración y angustia. Desde esa realidad no hay que hacer mucha proyección para encontrarse con femicidios, violencia intrafamiliar, incesto y otros temas sociales altamente actuales en todo el mundo. Justamente la película retrata el “cómo” de estas cosas y no el “porqué”, tratamiento elogiable desde un punto de vista narrativo ya que permite crear el nexo necesario para completar la historia en base lo que se muestra. Los “porqués”, de alguna manera todos compartimos y son transversales a las sociedades, probablemente porque nadie está libre de perpetuar procesos, complejos o mecanismos que nos mantengan estancados y prisioneros en alguna medida. Otro aspecto que nos puede aportar esta pareja del protagónico es la idea de victima/victimario, que resulta muy interesante para comprender la evolución y cambio en la personalidad de los personajes, así como el epílogo del film.
Fuera de la autodestrucción existen algunos elementos asociativos en estas dos personalidades, los que surgen de la idea de ser victimas y victimarios de ellos mismos. Wang Yao extrapola su actividad laboral hacia su propia existencia, viviendo un constante chantaje contra el mismo el que en definitiva lo obliga a ser violento y manejarse mediante el instinto más que la razón. Está claro, al pensar o razonar demasiado, prontamente se llegan a conflictos de difícil solución, ya que requieren cambios drásticos tanto de modo de vida, como de relación con él mismo. Para equiparar este desbalance -como lo haría en sus actividades de proxeneta-, tiende a sacrificar y vender lo bueno de sí con el fin de mantenerse en un medio donde los valores no priman, y mucho menos, los afectos. En conclusión, se ve sumergido en una dinámica de ser víctima/victimarios de sus propios actos.
Li Chuan, por su parte, cae en la figura de “la enamorada del amor”, pretende cumplir sus expectativas afectivas siempre desde una perspectiva egoísta. No existe en ella el reconocimiento del otro, sino más bien se queda con las sensaciones que en ella surgen al estar en pareja. La terquedad y obstinación son el síntoma claro en las motivaciones egoístas y de soberbia, donde cree que podrá cambiar a este hombre para finalmente hacerlo a la altura de sus ensueños. Esta idea, que en el film se ve contrastada con la figura agresiva, violenta y despiadada del Wang Yao, nos hace tener un falso sentimiento de benevolencia con ella, sin embargo esta idea no es justa ni para ella ni para él, debido a que las opciones están dadas para ambos y cada quien es libre de velar por su futuro. Es por este motivo que Li Chuan también se aprisiona en mecanismos que la llevan a ser víctima y victimaria a la vez, y explican los cambios en su personalidad, decisiones y conclusión de la historia.
Este drama, -arthouse tan propio y característico ya de Oriente, aunque quizá no con tanto énfasis en el propio Hong Kong-, nos enrostra seres castrados emocionalmente producto de contextos y experiencias que se dan por supuestas, y afortunadamente no se sienten necesarias en la narración. Un grupo de personajes, cada uno con sus propias carencias, nos presentan una serie de temas recurrentes en el film -que van desde contingencias sociales, hasta el mundo de la prostitución-, y nos llevan en un recorrido por las más oscuras grietas de la personalidad. En este contexto se evidencia la dualidad representada por sus personajes protagónicos, su idea del “amor” y los afectos. Situación en la que me detendré un instante debido al peso dramático y narrativo que representan en el film.
Algún sector de la crítica la ha rotulado como sobreguiada, lo que tiene que ver con que cada secuencia y diálogo se propone cuidando demasiado la propuesta estética que se quiere representar, y que por lo demás, quiebra las ideas que nos tienen acostumbrados a ver en Honk Kong. Este aspecto personalmente no lo noté, ya que me han parecido creíbles los personajes e historia con lo cual sus diálogos y tiros de cámara me han parecido al servicio de ellos. Está claro que no se tiende a representar una realidad exacta, sin embargo, ¿qué cosa en el cine lo hace?, el punto es que el aprovechamiento del guión y temática para este arthouse hongkonés me ha parecido valorable.
Lo que si es reprochable son el desarrollo y participación de los personajes que forman el contexto de la historia. En este punto me parece que están algo débiles y no entregan lo que deberían en la película. Me refiero a la policía y personajes de entorno que en muchas escenas nada parecían aportar al desarrollo de la película, sin embargo no me parece una falla grave dentro del film. La historia se cuenta aprovechando un flashforward, lo que me parece bastante acertado, sobre todo por el hecho de que con él no pretende dar un “giro argumental” ni provocar incertidumbre en el espectador, sino más bien su utilización se restringe a sólo relatar. Me agrada que así sea ya que este recurso es precisamente un recurso narrativo y no de estilo como se pudiera pensar. Responsabilidad en ello, en parte la tiene la sobreutilización de los flashback, flashforward u otros recursos temporales en general, los que son ocupados para estos propósitos independiente a su justificación en la escena, montaje o trama de la película.
Es cierto que la película tiene ese aroma a realización exclusiva para festivales, sin embargo criticarla por este hecho es tan falto de rigurosidad como si se criticara una película romántica o dramática por el sólo hecho de pertenecer a ese género. El cine de autor al parecer es una corriente cada vez más popular y no por ello comercial, pese a que algunos les desagrade la idea. Estas realizaciones, nutridas con los avances en la tecnología al servicio del 7° arte, permiten que el cine se desarrolle y aborde temáticas y conflictos que la industria no trata debido a presiones o motivaciones que “el autor” no posee.
"Porque la quería..."
"Porque la quería
se fue para siempre,
quiso poner a salvo aquella imagen.
No confió en ella
y quiso asegurarse.""Porque la queria" J.M. Serrat
Bien, sólo por casualidad continúo con las películas prontas a exhibirse en el BAFF de España este año 2009, aunque quizá no descarte seguir con algunas otras a presentarse en este festival. Hoy el turno es de “Ocean flame”.
Sin duda, con Fendou Liu, director hongkonés, más conocido por ser guionista y realizador de exitosas creaciones como “Shower”(1999) y la reciente “Plastic City”(2008) -próxima a exhibirse tambien en el BAFF de este año 2009-, resulta más que tentador poder visualizar este nuevo film titulado “Ocean flame”. Ahora bien, si a esto último le sumamos que es una adaptación de la novela del prolífico escritor Shuo Wang -quien colabora en el guión-, se advierte que se podría estar frente a una gran realización.
Otro antecedente brutal es su participación en la gran “Green Hat” (2004) film excepcional dentro de la cinematografía hongkonesa, pese a no ir del todo con el estilo acostumbrado en este país. Además de ser su ópera prima como director, Fendou Liu demuestra con real talento su capacidad en la dirección, entre otros atributos que reservaré hasta un comentario futuro de dicha película.
Fuera de lo acostumbrado, esta vez partiré al revés, y sin mencionar más, vamos a la sinopsis de “Ocean flame”.
La película se centra en la vida de Wang Yao -muy bien interpretado por Fan Liao-, quien hace de un mafioso criminal de poca monta, pero no por ello menos peligroso, el que se dedica a mantener un negocio de prostitución y chantaje de sus clientes. De una personalidad agresiva e impulsiva, todo marcha regularmente en esta caótica vida que lleva hasta que conoce a Li Chuan -tambien muy bien caracterizada por la actriz Monica Monk-; representando una cándida camarera que lo ayuda a recuperarse de una golpiza propinada durante las horas de trabajo. Paulatinamente el destino de estas dos vidas aparentemente opuestas, comienza a aproximarse y prontamente surge una relación afectiva entre ellos. Sin embargo, Yao ve en Li Chuan una oportunidad de incrementar ingresos e intenta meterla en sus negocios, situación que provocará una enfermiza relación de violencia, insanidad y miseria humana en lo que debería ser una relación de pareja.
El film se nutre de temas como el amor, el odio, pero también la muerte y la autodestrucción. El maltrato físico y psicológico es una fuerte constante en la narración, aunque no por ello se ocultan sentimientos, sino es evidente que la manera en que se manifiestan no es la correcta. En definitiva es una historia de amor, culpa y redención que se centra en el bajo mundo de oriente, entre mafias, malos empleos y mucha frustración contenida.
“Ocean Flame” es una película “oscura”, pero no haciendo referencia a aspectos técnicos como el color, escenarios o iluminación, sino desde la aproximación que los personajes tienen con nosotros a través de la pantalla. Son ellos los que de alguna manera empapan las escenas en una oscuridad, mezcla entre fascinación y autodestrucción, que hace que todo cobre sentido. Sus vidas, mínimas y simples, no sólo reflejan la complejidad de la construcción psicológica de sus personajes, sino que también retratan un país que intenta hablarnos de sus propios conflictos. Vemos seres que pululan entre la decadencia y el temor, situación que los fuerza a un pálido coqueteo con sentimientos verdaderos, como podrían ser el amor, la amistad y la entrega; los que sin embargo se diluyen por la inercia de la cosas, costumbre y mecanismos de protección ante lo que nos es ajeno.
Otro aspecto importante gira en torno al recurso genérico del arte erótico. Esta vez, la idea idílica que se pudiera tener del erotismo, sólo quedará para relatos rosa. La parte violenta e incontrolable superará el erotismo, siendo sólo un medio de catarsis ante emociones escondidas y reprimidas. El pulso erótico esta vez es controlado, de alguna manera todo está planificado para la utilización de este recurso como herramienta para la liberación de propios problemas, siendo un mero vehículo para abordar desde egoístas intenciones, cargas que pesan tanto en sus vidas como entorno en el que se desenvuelven.
Ya Jung cuando hablaba de los complejos decía que “todos sabemos hoy «que tenemos complejos». Pero el que los complejos puedan «tenernos» es una noción que no por estar menos difundida tiene menos importancia”. En cierta forma este problema de asimilación es lo que se vive en el film. Un drama humano que posee un eje central, que en este caso es “la autodestrucción”.
Por un lado tenemos a Wang Yao, quien entra en una negación constante de su emocionalidad, sólo evacuando malamente parte de ella mediante “la ira”. Esta dinámica no hace más que generarle frustración y angustia, si bien sus afectos están contenidos no pueden ser suprimidos, los que se manifiestan en él mediante la autodestrucción. Cómo no puede ir en contra de su naturaleza, debe ir en contra de él mismo para eliminarla. Mientras por otro, Li Chuan, se fabrica un ensueño amoroso para suplir sus carencias. Este otro tipo de asimilación la conduce -favorecido por el ambiente en que se desenvuelve- hacia la autodestrucción. Se podría hablar de relaciones enfermizas, del tipo sadomasoquista, pero este no es el caso, la unión es providencial e instintiva, no hay vínculos reales o al menos ellos no se aprecian en pantalla, sólo es posible ver a dos seres humanos necesitados, carentes y desesperados por cubrir sus exigencias afectivas, desde perspectivas en contención, así como validación de ellas.
Creo que esto último es lo más atractivo del film, ya que da cuenta del cómo nuestras propias necesidades cuando están mal enfocadas pueden llevarnos a un caos, frustración y angustia. Desde esa realidad no hay que hacer mucha proyección para encontrarse con femicidios, violencia intrafamiliar, incesto y otros temas sociales altamente actuales en todo el mundo. Justamente la película retrata el “cómo” de estas cosas y no el “porqué”, tratamiento elogiable desde un punto de vista narrativo ya que permite crear el nexo necesario para completar la historia en base lo que se muestra. Los “porqués”, de alguna manera todos compartimos y son transversales a las sociedades, probablemente porque nadie está libre de perpetuar procesos, complejos o mecanismos que nos mantengan estancados y prisioneros en alguna medida. Otro aspecto que nos puede aportar esta pareja del protagónico es la idea de victima/victimario, que resulta muy interesante para comprender la evolución y cambio en la personalidad de los personajes, así como el epílogo del film.
Fuera de la autodestrucción existen algunos elementos asociativos en estas dos personalidades, los que surgen de la idea de ser victimas y victimarios de ellos mismos. Wang Yao extrapola su actividad laboral hacia su propia existencia, viviendo un constante chantaje contra el mismo el que en definitiva lo obliga a ser violento y manejarse mediante el instinto más que la razón. Está claro, al pensar o razonar demasiado, prontamente se llegan a conflictos de difícil solución, ya que requieren cambios drásticos tanto de modo de vida, como de relación con él mismo. Para equiparar este desbalance -como lo haría en sus actividades de proxeneta-, tiende a sacrificar y vender lo bueno de sí con el fin de mantenerse en un medio donde los valores no priman, y mucho menos, los afectos. En conclusión, se ve sumergido en una dinámica de ser víctima/victimarios de sus propios actos.
Li Chuan, por su parte, cae en la figura de “la enamorada del amor”, pretende cumplir sus expectativas afectivas siempre desde una perspectiva egoísta. No existe en ella el reconocimiento del otro, sino más bien se queda con las sensaciones que en ella surgen al estar en pareja. La terquedad y obstinación son el síntoma claro en las motivaciones egoístas y de soberbia, donde cree que podrá cambiar a este hombre para finalmente hacerlo a la altura de sus ensueños. Esta idea, que en el film se ve contrastada con la figura agresiva, violenta y despiadada del Wang Yao, nos hace tener un falso sentimiento de benevolencia con ella, sin embargo esta idea no es justa ni para ella ni para él, debido a que las opciones están dadas para ambos y cada quien es libre de velar por su futuro. Es por este motivo que Li Chuan también se aprisiona en mecanismos que la llevan a ser víctima y victimaria a la vez, y explican los cambios en su personalidad, decisiones y conclusión de la historia.
Este drama, -arthouse tan propio y característico ya de Oriente, aunque quizá no con tanto énfasis en el propio Hong Kong-, nos enrostra seres castrados emocionalmente producto de contextos y experiencias que se dan por supuestas, y afortunadamente no se sienten necesarias en la narración. Un grupo de personajes, cada uno con sus propias carencias, nos presentan una serie de temas recurrentes en el film -que van desde contingencias sociales, hasta el mundo de la prostitución-, y nos llevan en un recorrido por las más oscuras grietas de la personalidad. En este contexto se evidencia la dualidad representada por sus personajes protagónicos, su idea del “amor” y los afectos. Situación en la que me detendré un instante debido al peso dramático y narrativo que representan en el film.
Algún sector de la crítica la ha rotulado como sobreguiada, lo que tiene que ver con que cada secuencia y diálogo se propone cuidando demasiado la propuesta estética que se quiere representar, y que por lo demás, quiebra las ideas que nos tienen acostumbrados a ver en Honk Kong. Este aspecto personalmente no lo noté, ya que me han parecido creíbles los personajes e historia con lo cual sus diálogos y tiros de cámara me han parecido al servicio de ellos. Está claro que no se tiende a representar una realidad exacta, sin embargo, ¿qué cosa en el cine lo hace?, el punto es que el aprovechamiento del guión y temática para este arthouse hongkonés me ha parecido valorable.
Lo que si es reprochable son el desarrollo y participación de los personajes que forman el contexto de la historia. En este punto me parece que están algo débiles y no entregan lo que deberían en la película. Me refiero a la policía y personajes de entorno que en muchas escenas nada parecían aportar al desarrollo de la película, sin embargo no me parece una falla grave dentro del film. La historia se cuenta aprovechando un flashforward, lo que me parece bastante acertado, sobre todo por el hecho de que con él no pretende dar un “giro argumental” ni provocar incertidumbre en el espectador, sino más bien su utilización se restringe a sólo relatar. Me agrada que así sea ya que este recurso es precisamente un recurso narrativo y no de estilo como se pudiera pensar. Responsabilidad en ello, en parte la tiene la sobreutilización de los flashback, flashforward u otros recursos temporales en general, los que son ocupados para estos propósitos independiente a su justificación en la escena, montaje o trama de la película.
Es cierto que la película tiene ese aroma a realización exclusiva para festivales, sin embargo criticarla por este hecho es tan falto de rigurosidad como si se criticara una película romántica o dramática por el sólo hecho de pertenecer a ese género. El cine de autor al parecer es una corriente cada vez más popular y no por ello comercial, pese a que algunos les desagrade la idea. Estas realizaciones, nutridas con los avances en la tecnología al servicio del 7° arte, permiten que el cine se desarrolle y aborde temáticas y conflictos que la industria no trata debido a presiones o motivaciones que “el autor” no posee.
DATOS TÉCNICOS Director: Fendou Liu Guión: Fendou Liu Shuo Wang (Novela) Actores: Fan Liao/ Wang Yao Monica Mok/ Li Chuan Lawrence Cheng-Cheol Yitian Hai Shiu Hung Hui |
Finalmente “Ocean flame” es un digno intento por manifestar preocupaciones y malestar frente a realidades frecuentes, todo ello, desde la narración oscura, emocionalmente deformada y autovalente en la soberbia del quien dice no amar. La mala comunicación y desafección hacia el resto es un tema constante, sobre todo en la segunda mitad de la película, lo que hace sentido luego con su final. Una película recomendable, sobre todo para quienes les interesan los movimientos cinematográficos, por un lado expresándose en este film el arthouse en gran medida, y por otro un exponente de este cine en el Hong Kong país que frecuenta otros nichos en materias de cinematografía.
miércoles, abril 15, 2009 |
Category:
BAFF 2009,
Drama,
Fendou Liu,
Hong Kong,
Ocean Flame
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4
comentarios
Comments (4)
Parece que voy a aprender un montón de cine asiatico con vos!!!!!!!!!!!!
Me gustó muchisimo como desmenuzas la película, y como te detenes en la psicologia de los personajes. Mientras te leia, pensaba, que un poco mas o un poco menos que como decis que lo transmite la pelicula, pero vivimos rodeados de esos "amores". Llamando "amor" a cosas que se le parecen muy poco.
Trataré de encontrar la peli, cosa que creo, me resultará algo dificil.
"Nuestro peor enemigo, somos nosotros mismos", y por tu reseña, esta peli lo transmite.
Hola!! gracias por tu comentario. La parte positiva es que no es dificil conseguir estas películas, sólo debes ir a sitios como Asia-team o Allzine donde podrás encontrar la forma de descargarlas. Por otro lado, ya eres parte del grupo de personas cinéfilas de blogger, que no son pocas... ya he agregado tu blog a mis favoritos.
Saludos y no te pierdas del sitio.
No he visto esta película, tomo buena nota, ya que me considero por educar todavía en el cine de Hong kong, que es bastante desconocido para mí a exepción de algún que otro director.
Saludos!
Excelente reseña, como siempre. Saludos!
Patricio, de EO Cine.