Corea del Sur, (2008), "Crossing"
"Wonderful World"


"Entre 600.000 y 1.000.000 de personas murieron de hambre en Corea del Norte como consecuencia de la crisis económica durante 1995-1998"
Magazine “The Economist”



Con un mundo polarizado y producto de la Segunda Guerra Mundial, Corea también tuvo consecuencias en su constitución como estado y forma de vida de sus ciudadanos. La división del país surge con el fin de la guerra y ocupación japonesa durante los años posteriores, en este punto Corea del Norte pasa a manos de las URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), mientras que la Corea del Sur, es tomada por tropas de los Estados Unidos de Norteamérica.

Ante este panorama, no es novedad que la situación altamente polarizada entre estos dos conglomerados político-ideológicos opuestos, hicieran que ambas Coreas se disputaran la soberanía de la totalidad del país. Producto de estas diferencias por 1950 se declara la guerra entre ambos países, situación bélica que se extiende por 3 años luego de la intervención de las Naciones Unidas (ONU). De este doloroso período en la historia de ambos países, el cine da cuenta en numerosos contextos históricos para la filmación de películas, es el caso de “The Coast Guard”(2002) de Kim Ki-Duk -e incluso la influencia de las tropas norteamericanas en Corea propuesta en “Address Unknown”(2001)-, que narra la tensión y hostilidad vívida en la zona fronteriza entre ambas coreas y de cómo aún pervive el descontento entre ambos países.

Suele atribuirse a las ideologías las más deshumanizantes situaciones en la vida del hombre, así el nazismo, es el culpable del genocidio, campos de concentración y exterminio sistematizado de judíos por motivos raciales; el totalitarismo en la URSS, culpable de matanzas y exterminio de poblaciones completas por la ambición de poder y control sobre su pueblo; la conquista de territorios de pueblos amerindios, el exterminio de comunidades, etnias y culturas completas con el afán de control y posesión de tierras como sinónimo de poder, conceptos establecidos por las monarquías y reinados. El Comunismo, en este caso, puede verse como el culpable de las muertes, vejámenes y torturas del pueblo norcoreano. Sin embargo, ante este panorama global me pregunto: ¿realmente la culpa la tienen las “ideas”?

Lo cierto es que en el actuar moral del hombre nada tienen que ver, ideologías, y formas de gobierno, sino procesos culturales progresivamente internalizados debido a experiencias históricas que, aunque siempre pensamos superados, basta un nuevo genocidio sistematizado del que pudiera alardear cualquier régimen dictatorial para establecer que el problema pasa por “hombres”, no por “ideas”.



El delicado tratamiento de “Crossing” en este aspecto es revelador. Durante el film se suele evitar el contraste político-histórico proveniente de las cúpulas de poder, y aunque se evidencian decisiones gubernamentales en la implementación de medidas inhumanas y crueles hacia su pueblo, siempre se narra desde las decisiones personales de soldados, trabajadores, empleados públicos y políticos, las cuáles pueden acatarse desde la moral y no desde las normas.

Crossing”, que vendría a ser traducida como “travesía” –término muy ocupado cuando se trata de deserciones entre los países coreanos- , aunque no lo especifica, parece estar ambientada en la depresión económica que vivió Norcorea en el último lustro antes del 2000, estado económico que repercutió a todo el mundo y tuvo su origen en Asia. En ese período la hambruna y miseria se hacían cotidianas, el debilitamiento de relaciones internaciones era evidente y el proteccionismo económico del resto del mundo, sumado a las cerradas políticas de gobierno en materia económica, hacían realidad un panorama desolador para el común de los norcoreanos. Bajo este contexto, muchos se vieron en la obligación radical que los ofrecía, o desertar o morir de hambre.

En este aspecto el “Juche”, especie de axioma cívico implementado por Kim Il Sung (el fundador de Corea del Norte y el primer y único presidente del país de la época), poco ayudaba al mantenimiento de una sociedad en los niveles más básicos, postulando la autosuficiencia y nacionalismo como sus bases en la constitución del ciudadano norcoreano. Este concepto sólo sirve para exacerbar la discriminación y desigualdad, contribuyendo en un alto porcentaje a la idea del “traidor”, propuesta condenable independiente a razones o cirscuntancias. Ante este panorama, se debía acatar las restricciones en materias sanitarias, prescindir de alimentación adecuada y cultura, acatar razones y dictámenes gubernamentales así como mantener un predisposición incondicional con el actual gobierno.



Estos aspectos son retratados con una precisión brutal en el film. Basada en centenares de relatos e historias reales de desertores que pudieron escapar con vida del régimen, muestra de forma descarnada y directa la realidad de sobrevivientes sobre escenarios como los trabajos forzados, campos de concentración y pueblos cercanos a la frontera con China. Nutrida de episodios históricos, “Crossing” se construye en parte por una de las historias más conocidas a nivel internacional, como lo es el incidente de Marzo del 2002, en el cual más de 20 desertores lograron burlar los contingentes de seguridad china y refugiarse en la Embajada de España en Beijing. Kim Tae-hyun, hace un trabajo riguroso al retratar no sólo un ambiente y época en la historia de Corea, sino un doloroso recordatorio de que situaciones como ésta se siguen repitiendo en la actualidad, no sólo en Asia Oriental, sino en todo el mundo.



Los detalles de producción y guión han sido cuidados en extremo, seguramente en virtud de salirse de códigos dramáticos –que aludirían en definitiva a ficción- y acercándose al documental propiamente tal, única forma lícita de narrar historias de tal grado de miseria humana que de no ser riguroso se faltaría a la verdad. Tan bueno fue el trabajo en producción, que el guión está asesorado por numerosas organizaciones de desertores que dieron el máximo de detalles sobre escenarios, vejámenes, rutinas e incluso prestando material fotográfico de manera de representar lo más fielmente el martirio y desconsuelo de los norcoreanos. Tomó más de un año realizar todas las entrevistas necesarias para la etapa previa a la elaboración del guión, recavando antecedentes, datos y testimonios que fueron cruciales al momento del rodaje. En fin, todo nos dirige a la idea de una real motivación, no de contarnos una historia mediante el cine, sino de ocupar este arte y medio de comunicación para enrostrarnos una realidad que bien supera la historia, ya que episodios de este tipo suelen ser olvidados o minimizados con el paso del tiempo.

Bueno, muchos de los cuáles lean estas líneas probablemente aún no conocen de la película, con este fin –y en este caso- justifico hacer una pequeña introducción y sinopsis sobre el film debido a que es estrictamente necesaria para entender los siguientes temas de esta entrada.

Crossing” es un film de Corea del Sur, que trata sobre la problemática de muchos habitantes de Corea del Norte, quienes debido a un estricto y muchas ocasiones deshumanizante régimen político-militar, se ven vulnerados en los temas más básicos y humanamente inimagibles para las sociedades actuales. Dirigida por Tae-gyun Kim, el film cuenta la historia de Yong-su (interpretado brillantemente por Cha In-pyo) quien trabaja de obrero en las minas de carbón situadas en un limítrofe de Corea del Norte. El protagonista, quien vive junto a su esposa Yong-hwa e hijo de 11 años Jun-i(Shin Myeong-cheol)-quien adicionó para el papel con más de 600 niños de Corea-, debe sobreponerse al trabajo y condiciones precarias para mantener a su familia con la mayor de las comodidades que el contexto pudiera dar, destacando por sobre manera su dedicación y amor por su hogar pese al deprimente mundo que les ha tocado vivir.


La situación se complica cuando a Yong-hwa se le detecta tuberculosis, la cuál se ve agravada por su condición de desnutrición, motivos que obligan a Yong-su a abandonar su casa en busca de medicamentos, dinero y alimentos fuera del país. Desde aquí comienza la “travesía” del protagonista por llegar a China, lograr conseguir trabajo, dinero y medicinas con el fin de cumplir la emotiva promesa que le ha hecho a Jun-i, que es regresar pronto al hogar y estar juntos nuevamente. Luego, con el afán de hacer rápidamente el dinero, ya estando en China contacta a los encargados de inmigración de Surcorea con la inocente idea de que lo podrían ayudar otorgándole dinero mediante algún subsidio. En este punto, y sin que se diera cuenta, por motivos humanitarios y de carácter político es llevado a Corea del Sur con el rótulo de desertor de Norcorea, situación que dificultará aún más su regreso y encuentro con sus familiares. Toda esta situción de incertidumbre se presta para que ahora Jun-i, parta en busca de su padre hacia las tierras del norte, creyendo que se encontraba aún en la China.


Bien, ahora vamos a la película. La verdad es que Tae-gyun Kim ha estado increíble. Sin caer en la exageración creo que es uno de sus mejores trabajos en dirección, sobre todo considerando que se despega de su género favorito, el cual le ha brindado bastantes éxitos. Entre ellos podemos mencionar los más conocidos como “Volcano High”(2001) o “First Kiss”(1999), además de sus recientes trabajos en “A Millionaire's First Love”(2006) o “Romance of Their Own”(2004) derivando más hacia el romance. Sin embargo, este trabajo es completamente diferente. Ya es elogiable la decisión de abordar esta temática, lejana a las ideas modernas en la realización de films en Corea del Sur -que son más del tipo exclusiva entretención-, no privilegiando propuestas más reveladoras y con posturas claras respecto a problemas sociales. Otro aspecto a destacar en esta misma línea, es la decisión oportuna de no disfrazar la historia con una mixtura de géneros en el relato -recurso tan recurrente en el cine actual-; sino esta vez el film se constituye como un mensaje directo para quienes quieran oírlo, cosa que se agradece y habla muy bien de las motivaciones que Tae-gyun Kim tiene como director.

De manera creciente cada vez más se está viviendo un descontento con el fenómeno de la mezcla innecesaria de géneros. De alguna forma, el público que ve cine logra dar con la pauta que privilegia la comercialización de las historias, las que se guían por la premisa de que mientras más géneros sean abordados más ganancias recaudan al apuntar a más publico objetivo, situación que termina aburriendo si no existen fundamentos reales que justifiquen dicho abanico de códigos genéricos en los films. Esta idea es combatida con argumentos irrefutables en films como “Crossing”, donde se narra una historia excepcional desde un punto de vista histórico y llena de méritos desde una perspectiva en narrativa y entrega emotiva. El film, es capaz de sensibilizar y empatizar con nuestras vidas, nuestras familias y experiencias, que pese a ser diametralmente opuestas, mediante este gran relato es posible crear la conexión necesaria que nos permite emocionarnos, reflexionar y sensibilizarnos en una sociedad tan proclive al nihilismo como la nuestra.



Dentro del cine existen variados tipos de películas, todas pueden destacar ya sea por sus actuaciones, su dirección, su innovación y aporte al cine y sus códigos, recursos, su calidad técnica o su realización guión o producción; pero la base de una buena película –como ya hemos visto en entradas anteriores- es una historia potente. En el fondo “tener que contar algo” constituye la prioridad en una buena película. Este film es un ejemplo cabal de lo que es una historia potente, llena de atmósfera, contexto histórico y realizada con un profundo respeto hacia los implicados en las situaciones retratadas. El film se postulaba a la mejor película extranjera en los premios Oscar, representando a Corea, al igual que “Okuribito” –la ganadora- representó a Japón. Si bien ambas películas constituyen formas diferentes de enfrentar el arte y comunicación cinematográfica, bien podría haber ganado Tae-gyun Kim estando al mismo nivel que Yojiro Takita. Es que lo que en una es abordada con poesía, la otra lo aproxima a la realidad. Ambas dimensiones, casi opuestas, están en períodos de extinción actualmente, todo parece tener un filtro mediático que propone la conveniencia, beneficio propio e ideales corruptibles, en este punto el cine tiene algo que decir, y a mi entender, sólo vale el mérito que se encuentra en cada uno para lograr escuchar lo que tiene que decirnos.



Abordando temáticas un poco más técnicas, pero no por ello menos elogiables, “Crossing” goza de una fotografía envidiable. Filmada en secreto en Corea, China y algunos lugares de Mongolia, aborda contrastes y reflejos propios de las propias vivencias del mundo obrero norcoreano, situando cámara y encuadres muy al servicio de este aspecto. Desde las ciénagas del río hasta la sequedad de un desierto, la riqueza visual que propone está a la altura otros destacables films entre los cuáles pudiera estar “Mountain Patrol”(2004) o una belleza en la representación histórica como el caso de “The King of Masks”(1996). Fuera del paisaje natural se encuentra por contrate el mundo urbano-rural, la representación de los poblados como prolongación de la vida interna de sus propios habitantes es brillante. Así, es posible ver que las preocupaciones no van más allá de un partido de fútbol, o una reunión con amistades en torno a un par de copas. Es que en esas condiciones esas instancias eran lo que constituían su felicidad. Por otro lado, en cuanto a la construcción de personajes y entorno, es maravillosa la relación y enfoque de la paternidad y maternidad, ya que pese al contexto, se logran apreciar valores y enseñanzas de una profundidad que difícilmente es posible ver en familias con un contexto más favorable.


La religión en este aspecto es algo siempre presente, un ingrediente que resulta de un peso dramático importante en pasajes cruciales durante la película. No olvidemos que Corea del Norte, sigue acosando a quienes profesan una creencia religiosa incluso en la actualidad. El Informe Anual del Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre Libertad Religiosa postula que cada año muere a lo menos 30 personas por el sólo hecho de profesar una religión. Situación paradojal ya que pese a existir iglesias abiertas en toda Corea del Norte, la creencia religiosa no se tolera. Esta situación se agrava mucho más si se piensa que el Departamento de Estado, da escabrosos detalles sobre cómo los prisioneros por motivos de religión son tratados mucho peor que el resto de los encarcelados, siendo objeto de persecuciones, abusos y torturas en mucho mayor grado que un prisionero que no profese religión alguna.

Este contexto sirve para connotar las situaciones que van ya cerca del final de la película. Vemos a un padre desesperado que se aferra a lo único que puede brindarle seguridades, pide un Dios que actúa con benevolencia y se apiade de su situación. En este aspecto existe una escena notable que se da mientras sentado en una mesa, bebe alcohol con el fin de alivianar sus pesares, se ve rogando por una piedad divina de la cuál su país reniega y es el único consuelo que le queda en la situación en la que se encuentra: impotente, frustrado y también vacío. Una de las grandes escenas de la película.



DATOS TÉCNICOS
Director:
Tae-gyun Kim
Guión:
Tae-gyun Kim
Actores:
In-Pyo Cha/ Yong-su
In-gi Jeong/ Yong-hwa
Shin Myeong-Cheol/ Jun-

Ante este film tengo sólo 2 descargos. El primero, es en base a mis malos pensamientos, y el segundo en base a lo relativamente objetivo que puedo ser al evaluar la película. Mis malos pensamientos podrían decir que la película sugiere un afán de proselitismo y enjuiciamiento a un régimen del cuál la mayoría del mundo no comparte. El punto en la falta de claridad, es que el jucio no debiera ir hacia la organización política o económica sino a la forma en que sus líderes ejercen dichos poderes para con sus pueblos. De todas formas el peso, delicadeza y tratamiento del relalo en el film hace que esta postura sólo constituyan sólo eso: malos pensamientos. La segunda objeción tiene que ver con una sensación de prolongación del final, vicio que generalmente ocurre cuando se quiere expresar una idea pero no se tiene la claridad de cómo hacerlo. Imagino que la secuencia final era algo que debería ir, y así lo creo, pero quizá el medio del contexto que introdujo dicha secuencia debió ser más precisa de manera de no gastar más tiempo en una historia que ya había terminado, no así la película. Fuera de estos alcances me ha parecido una realización de muy buen nivel.

En fin, un drama brutal y desgarrador, lleno de potencia emotiva y transversalmente cultural a todas las naciones. Es que cuando se trata de vejámenes, abusos y muerte no hay nación, ideología o política que esté libre; todas comparten los mismos errores producto de ser creaciones humanas, situación central e impostergable que parece habérsenos olvidado entre dinero, status y poder. Es un imperdible del género y emblema de los derechos humanos por definición. Cada minuto de relato hace eco de la poco asimilada frase, la que debiera representar nuestra humanidad, esa que nos otorga el derecho de vivir en paz con nuestros iguales.

Comments (7)

On abril 09, 2009 10:05 a. m. , babel dijo...

No puedo opinar, no la he visto. Pero tomo nota de esta película, que desconocía. Trataré de buscarla y verla en breve, con las limitaciones de tiempo y todo eso... tanto por ver y leer y el día sólo tiene 24 horas rapidísimas.

Sobre el trasfondo sociológico (incluso político) de la película, suelo ser escéptica con las denuncias a regímenes concretos, porque siempre son parciales, sobre todo en la industria del cine, que ha de contar con ciertos apoyos que suelen condicionar sus mensajes. Como verás me acerco más a la opinión de que son los poderes económicos los que determinan las tendencias ideológicas que al revés; puesto que, de otro modo, conduce irremediablemete a un planteamiento un tanto hobbesiano de determinadas actitudes en los grupos humanos. Bueno, son modos de verlo...

Saludos!

 
On abril 09, 2009 12:35 p. m. , Assuwa dijo...

Claro, como puedes notar compartimos en el primer descargo hacia la película, mencionado ya sobre el final de la entrada. Puede interpretarse -para mal pensados como yo- que se tiende a representar un cuadro sesgado y muchas veces conveniente sobre los conflictos que atañan intereses económicos y políticos. Sobre todo tratándose de un pueblo aún dividido como es el caso de Corea.

De todas formas, siento que ya es meritorio el sólo hecho tratar la temática, además si se hace con la rigurosidad basada en hechos e investigación que da cuenta el film. Por otro lado, como película no tiene desperdicio, anda muy bien, diría sobresaliente dentro de su género.

En fin, son criterios que hay que evaluar a la hora de ver la película, sin embargo, según lo que vi e investigué del tema, el conclicto está muy bien representado desde la perspectiva humana y no política, que fue la base de la entrada. Te recomiendo que cuando tengas la oportunidad la veas. El film es muy recomendable, tanto para quienes gustamos de la historia y cultura de los pueblos, así como para quien aprecia el buen cine.

Saludos y no te pierdas!

 
On abril 10, 2009 6:19 p. m. , Nelson, un habitante del patio dijo...

Un contundente comentario para una muy interesante película.
Aunque no soy un seguidor del cine asiático tan apasionado como tú, siempre que puedo me doy tiempo para ver películas de aquellas tierras. Motivado por tu acertado post, veré Crossing y volveré más tarde con una opinión.
Gracias por la recomendación.

Tienes acá un excelente blog. Felicitaciones.
Lo agrego a mis favoritos.

 
On abril 10, 2009 10:52 p. m. , Assuwa dijo...

Gracias Nelson, vuelve cuando quieras, de paso te anoto en mi blogroll tambien.
Estamos en contacto.

Saludos.

 
On abril 12, 2009 10:22 a. m. , Anónimo dijo...

Alguien me puede decir donde puedo encontrar esta película. Por m´s que busco, no la encuentro y me interesa mucho esta temática. Gracias

 
On abril 12, 2009 12:00 p. m. , Assuwa dijo...

Hola, si haces una busqueda por algún tracker público, o foro especializado del tipo Allzine o Asia-Team, la podrás encontrar fácilmente. El problema es el subtitulo, ya que no existe en español que yo sepa.

saludos

 
On mayo 26, 2009 12:49 p. m. , Anónimo dijo...

me puegen dar el nombre de las canciones para tenerlas porque la pelicula es demasiado buena y me encanto la musica